martes, 18 de diciembre de 2012

OTRA MENTIRA, OTRA MOVIDA


 Creímos que También era Mentira, novela póstuma de Elena Figueras, puede verse como el envés de la Movida, es decir, en vez del relato colectivo de un Movimiento Cultural, el relato íntimo de cómo una chica alcanza en esos años el escenario de sus primeros picos. Los dos tienen lugar de manera simultánea. El relato de Ana gira en torno al momento de pincharse, un  momento que contiene la serie de todos los pinchazos y que suspende la narración, tira de la trama como un remolino. Ella parece acometer ese momento de manera casual, indiferente, pero perdida en la ciudad, una de esas noches en que no sabe donde ir, ni a casa de su madre ni a la de su amante,  le asalta un deseo que no es diferente a la desazón por lo que le espera. De alguna manera Ana ha definido el contorno de lo que le falta- el amor de sus padres, el respeto de sus maestros, el apego de una sociedad entregada al desenfreno como sálvese quien pueda- y el pinchazo trata de llenar esa ausencia. Inyecta Nada en la nada. Y mientras tanto el Movimiento Cultural, ungido de metacrilato y purpurina avanza a su coronación en su primera velada televisiva de Nochevieja.  La publicación en Caballo de Troya de esta novela introduce un tercer movimiento. Mientras que la figura de la Movida, comparada hace poco en el televisor con el surrealismo francés, se agiganta sin cesar en los grandes medios, hasta el punto que ya casi flota como un inmenso dirigible - una broma pesada sobre nuestras cabezas-, este relato sencillo le acerca algo tan mínimo y eficaz como un alfiler.

 Esta novela puede leerse como parte del proceso de deconstrucción crítica de la Movida. La movida de Elena es Otra Movida. Una que desnuda la simbología al uso como hace esa portada del libro CT o la Cultura de la Transición que deja ver un cordero bajo el toro de Osborne. A su vez el toro de Osborne con su cornamenta y sus grandes cojones trabaja un símbolo franquista, asumiéndolo con orgullo  para erigirlo sin complejos en cada promontorio turístico de la España democrática.  -¿A quien le importa lo que yo haga?-

El título y la acertada introducción de la cubierta nos muestra que la verdad no es el envés de la mentira.  El simple envés de la mentira es otra mentira, empezando porque la droga se pueda consumir sin consecuencias, ni medida.  A levantar una cartografía de las mentiras de la droga, de un signo y otro, está dedicado un libro de 1996,  "J'accuse les mensonges qui tuent les drogués" de la siquiatra Ana Mino y Sylvie Arsever (Calmann-Lévy). Mino puso en práctica en Ginebra una política de dispensación pública de metadona y de heroína.  No hay nada radicalmente nuevo en el libro sino el descubrimiento de una serie de pequeñas certezas a través de la praxis valiente de una medicina social- justo la que lucha por su supervivencia hoy en España-  que es capaz de derribar los prejuicios con los que Mino empezó su carrera. Para Mino la droga no mata, matan las circunstancias sociales y personales del consumidor. Hay que ayudar al drogadicto allí donde esté. Al que puede intentar desengancharse mediante la abstinencia y el sicoanálisis. Al que quiera intentar una cura de metadona, y básicamente usar una droga para salir de otra o tratar de estabilizar su consumo. Y al que no quiere/puede salir de la heroína.  Otra movida. 

domingo, 9 de diciembre de 2012

OTRA CHINA

LA SILENCIOSA CONQUISTA DE CHINA se publicó en Crítica en 2011 con el subtítulo "una investigación por 25 países para descubrir como la potencia del siglo XXI está forjando su futura hegemonía" Curiosamente sus autores, Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araujo, al igual que McGregor, el autor de "El Partido", fueron corresponsales de la prensa económica en China. El libro centra su atención en los efectos de la expansión económica de China en los países en desarrollo.   Llama la atención el "tour de force" del trabajo de campo, relativamente raro en los ensayos del entorno hispano, y la cantidad de información interesante que el libro reúne sobre las actividades de las empresas chinas en Africa, Asia y America Latina. También la exitosa divulgación del libro en varios idiomas.

Al igual que El Partido, el libro se refiere en su parte final  a la celebración del 90 aniversario de la fundación del Partido Comunista Chino en julio de 2011, evento que sirve como atalaya para mirar al pasado y porvenir del sistema chino. Ambas evaluaciones comparten la misma mezcla de admiración y desconfianza hacia China, si bien su signo es diferente. McGregor, tras sopesar sombras y luces en una serie de aspectos claves, acaba inclinándose por sazonar su admiración de más esperanza que condena. En Cardenal y Araujo la condena es inequívoca, de hecho esta escrita desde la primera página. El análisis de la presencia china en distintas zonas del mundo está trufado de expresiones descalificadoras, que van de lo general, componiendo el Leviathan chino como un cefalópodo extremadamente voraz que extiende sus "tentáculos" por las riquezas del mundo entero,  a lo particular, porque si los chinos almuerzan en el restaurante Shanghai Baia de Luanda se trata sin duda que "un grupo de chinos ruidosos come ansioso, como si mundo se acabara este verano de 2010..."

La tesis del libro viene a ser que a China sólo le interesan las materias primas y que las consigue por su alianza con las élites, cimentada por la corrupción. El desarrollo que trae a Africa no beneficia ni al pueblo africano ni al pueblo chino sino a las elites corruptas y al Partido Comunista Chino.  Lo cierto es que el trazo grueso acaba por desvirtuar la denuncia porque si bien la alianza entre élites corruptas y las empresas chinas está bien descrita en varios casos concretos, al presentarse la corrupción como un método general y sobre todo al hacerla específica de China, el pulpo se nos escapa. Ha cambiado de forma. Ha mimetizado la piel con un fondo diferente o ha soltado su cortina de tinta y ya no está.  Una versión más matizada de la presencia china en Africa puede descubrirse en el blog de la profesora Brautigan "China en Africa: La Verdadera Historia". Vean por ejemplo como desmonta la tan manida comparación entre la diplomacia de Occidente en Africa, preocupada por los derechos humanos, y la de China, solo centrada en las materias primas.

Hay una serie de premisas sin las cuales no parece fácil adentrarse en este terreno de las relaciones con Africa. Que hay un dinamismo nuevo en Africa como consecuencia de la inversión Sur- Sur (China, sobre todo, pero también India y Brasil) y que el mismo, combinado con otras causas, esta trayendo un crecimiento sin precedentes a lo que hasta hace poco parecía un continente perdido. Que la trayectoria de Occidente en Africa llama a la humildad. Desde el rey Leopoldo de Bélgica hasta las tropas francesas en las matanzas de Ruanda, nuestra ejecutoria no nos eleva tanto como para fustigar ligeramente a los otros. Al fin y al cabo hasta hace poco muchas voces en Occidente decían no saber que hacer con un continente que estaba tan cerca pero tan lejos, fuente constante de problemas, anclado en un atraso secular y abocado al ostracismo, con las pateras como única salida. Antes no sabíamos, ahora quizá ya no podamos.






domingo, 25 de noviembre de 2012

LO QUE SI SABIA

La Antología de Lenin editada por Constantino Bértolo  (Los Libros de la Catarata 2012) ofrece una aproximación al tiempo rigurosa y apasionada a sus escritos.   El Revolucionario Que No Sabía Demasiado  parece vincular el pragmatismo de Lenin, su capacidad de improvisar soluciones fuera de los corsés ideológicos, a su actualidad. Si lo que dijo Lenin resulta pertinente para los movimientos de protesta actuales del tipo 15- M o Occupy Wall Street, es porque no lo dijo desde la simple ortodoxia comunista sino adaptando esta a las exigencias de las circunstancias de la situación concreta. Comparte por tanto la frescura y espontaneidad de estos movimientos si bien no adolece del populismo y el carácter naif de algunas de sus representaciones. Tiene por tanto capacidad de servirles de guía.

Hay al menos otros aspecto en que este libro corrobora la actualidad de Lenin, y este sería la relación entre la Nueva Política Económica (NEP) y el capitalismo de Estado en China. Hay importantes vínculos entre la formulación teórica e implementación práctica en una y otro - y es cierto, importantes diferencias- pero también pueden verse relaciones en la justificación de una y otro.  Si es cierto que "no hay calefacción en el Palacio de Invierno" la pregunta sería hoy, cuando el capitalismo de Estado convierte a China en la nueva Babilonia, cuanta calefacción será precisa antes de empezar a repartir los cuartos.


martes, 9 de octubre de 2012

ELEGIA DEL COMUNISMO

El Partido de Richard McGregor puede leerse como una inopinada y contundente elegía del comunismo, o en todo caso del comunismo chino. Inopinada por provenir del que fuera corresponsal en China del Financial Times y presentarse en gran medida como una crítica al sistema de aquel país. Contundente en parte por lo mismo, por proceder de una fuente documentada y en principio no partidaria e incluso contraria al régimen que comenta. De alguna manera, la reseña de Zizek al libro tiene el tono de un saludo de bienvenida que valida esa lectura elegiaca.

El libro tiene un primer valor en la descripción del capitalismo de Estado, que me permite actualizar  la que se contiene en mi entrada anterior sobre este tema. El Capitalismo de Estado y la Socialdemocracia constituyen combinaciones de componentes públicos y privados, por oposición a los modelos puros  y seguramente hipotéticos, de capitalismo y comunismo. La forma en que se da esa combinación, sin embargo, es radicalmente diferente.  En la socialdemocracia se modera o mitiga el capitalismo en atención al interés público. Se hace desde el punto de vista de la producción, con la coexistencia de empresas públicas y privadas, pero sobre todo se hace desde el punto de vista de la distribución, donde la seguridad social, los servicios básicos como sanidad y educación y una política fiscal progresiva hacen que el Estado cumpla una función de redistribución de la renta y establecimiento de unas condiciones mínimas de bienestar para todos.

En el capitalismo de Estado, el modelo hasta cierto punto inspirado en las economías de regímenes autocráticos asiáticos que despegaron con fuerza en los 80, los entonces llamados dragones como Singapur, Taiwan o Korea del Sur,  el capitalismo se abandona a sus propias reglas pero asegurándose de que el Estado mueve las fichas necesarias para dirigir la economía, especialmente a través del control de las grandes empresas y conglomerados nacionales, los campeones nacionales, que tiran del conjunto de la actividad económica.  El capitalismo de Estado puede llegar a ser un capitalismo desbocado pero el Estado está al mando de la tormenta. Las intervención pública característica no tiene lugar por vía de los impuestos o los servicios básicos, moderando el efecto del libre juego de los agentes económicos, o fijándoles límites, sino dirigiéndolos, para lo cual se aprovecha en el caso de China que los ejecutivos  responden tanto ante sus accionistas como ante el Partido al que pertenecen.  El sistema se deja a menudo en piloto automático pero el Partido puede tomar las riendas en caso de emergencia.

En el modelo chino esta dirección se hace efectiva a través del control del nombramiento de los  directivos por el Partido, que funciona como correa de transmisión de instrucciones políticas a los agentes económicos. Permite en suma que la consideración del interés público esté presente en el corazón mismo de las decisiones económicas. Un caso paradigmático que se relata en El Partido es la crisis financiera de 2008. Cuando las instituciones financieras occidentales negaban el crédito a las empresas por temor a la situación económica, precipitando así una cadena de temor que desembocó en la bancarrota económica, el Partido Comunista Chino dio orden de incrementar el crédito a las empresas, y los bancos sustituyeron sus reticencias de meros agentes económicos por el cumplimiento de las órdenes políticas.

Es cierto que para McGregor la eficiencia económica no serviría por sí sola para legitimar un sistema. De hecho McGregor subraya graves deficiencias en relación a los derechos humanos, la salud y la educación, la igualdad y la ecología. Sin embargo en todas estas cuestiones se ponen en evidencia los progresos llevados a cabo en China. Finalmente, China ve su modelo como alternativa al capitalismo occidental y es consciente de sus ventajas en la compaginación de la eficiencia económica con el interés público. Los chinos -o muchos de ellos- no se sienten avergonzados sino orgullosos de su sistema. No aceptan las calificaciones impuestas por Occidente, entre las que se encuentra, la de negarles el título de comunistas. Nosotros - dice en El Partido un empresario de éxito miembro del Partido-  y con nosotros se refiere a los comunistas, decimos lo que es comunismo.

El Partido deja abierta la puerta a que el sistema chino se transforme de manera novedosa y avance hacia un mayor respeto a los derechos humanos y una mayor democracia, pero sobre todo deja traslucir la admiración y la confianza del autor hacia el porvenir del sistema.

domingo, 15 de julio de 2012

EL SUSURRO DE MAO


Mientras la nueva burguesia china arrasa los Gucci de medio mundo me sumo a las masas populares que en largas filas confluyen en el mausoleo de Mao. Propulsado por una marea humana casi consigo olvidar mis preocupaciones, pero hay algo que aún frunce mi ceño y me impide participar plenamente en el breve pero intenso ejercicio de atención colectiva alrededor del Gran Timonel. La prima de riesgo española ha vuelto a bajar pese al anuncio de nuevos rescates europeos y recortes nacionales. Me detengo al notar que Mao bisbisea. Pego el oído a la urna que contiene la momia y resisto los empujones de quienes me siguen en la fila. Antes de ser expulsado por la policía consigo entenderle.
-Es el capitalismo de Estado- dice imperturbable-

martes, 29 de mayo de 2012

EL COMANDANTE YANKEE





El ensayo de David Grann, aparecido en el último número del New Yorker del mes de mayo lleva como subtítulo Una historia de amor, revolución y traición.   Este hábil panegírico del comandante Morgan saca a flote un personaje importante pero poco conocido de la revolución cubana. El autor en varios pasajes enfrenta a Morgan con Guevara. Lo hace a partir de una serie de lineas de tensión. De un lado sus relaciones eran malas; de otro, Guevara era comunista y Morgan, defensor de la democracia liberal y anticomunista. Guevara era un intelectual y Morgan no tenía apenas formación. Guevara sabía lo que quería, era unívoco en sus certidumbres. Morgan es poliédrico en su sed de aventura. Se escapó de casa de niño. Fue delincuente juvenil, militar, mafioso, contrabandista, guerrillero.  Se casó varias veces y abandonó a cada una de sus mujeres, menos a la última, también guerrillera y uno de los personajes más fuertes de la narración. Sin embargo, Guevara y Morgan murieron ejecutados poco tiempo después de la revolución. Ambos tenían firmes ideales, más elaborados intelectualmente en el caso de Guevara.  Ambos eran atléticos, excelentes combatientes y comandantes guerrilleros. David Grann a través de las líneas de oposición descritas consigue que acerquemos a ambas figuras. La oposición resalta la similitud hasta el punto de lograr un transvase de la carga simbólica de Guevara hacia Morgan.

El efecto es que Guevara desemboca en Morgan. ¿Y Morgan en Guevara? Lo único constante es la dinámica revolucionaria que sin cesar convierte al insurgente en reaccionario y a este en insurgente.

Ensayo:
http://www.newyorker.com/reporting/2012/05/28/120528fa_fact_grann


domingo, 13 de mayo de 2012

GINEBRA EN DOS NOVELAS



Ginebra apenas se asoma a las páginas de la ficción literaria. Esta faceta de su tradicional discreción no acaba de romperse en dos novelas que la toman recientemente como escenario. El "Indice del Miedo" de Richard Harris contiene varias equivocaciones de localización pero la Ginebra que deja entrever me parece bastante verdadera. La galería de Plainpalais, la casa de Cologny, el hotel Beau Rivage, los apartamentos marginales del Paquis y lo barrios periféricos en que se desarrolla parte de la acción parecen verosímiles. Curiosamente Richard  Harris señala en una entrevista que sólo pasó un día en Ginebra antes de escribirla. La imagen de un sistema financiero que no controlan sus agentes visibles conecta bien con Ginebra, pero quizá no como pretende el autor. No es una máquina la que ha tomado el mando y corre desbocada a destruir el mundo, como en una rebelión cualquiera de robots. No. Ginebra puede poner de relieve que quienes parece que están al mando no lo están. Pero no mandan los robots mientras Ginebra calla.

Conforme a la información de la editorial Caballo de Troya, Ginebra aparece también en una novela a punto de publicarse. Se trata de  "Aquiescencia", de Victor Sombra Macarrón: http://www.seraporlibros.net/510147/Aquiescencia. También aquí da la impresión de que se trata de una Ginebra entrevista. Ya lo confirmará la lectura.

lunes, 9 de abril de 2012

ELLING- ¿TEATRO SOCIALDEMOCRATA?

Un rasgo destacado de la obra de teatro que se representa en Madrid hasta el mes de abril de 2012 es la visión positiva del asistente social y del poeta, y las relaciones entre ambos.

Hasta cierto punto la obra, basada en una novela de Ingvar Ambjorsen, adaptada por Axel Hellstenius y Peter Naes, dirigida por Andrés Lima e interpretada por Carmelo Gomez y Javier Gutierrez, entre otras magnificas contribuciones, refleja la fuerte cohesión de la sociedad noruega. Cada uno tiene su función y todas están valoradas y conectadas.

Sin embargo, en los tiempos de clamorosa crisis que vivimos, no puede evitarse una mirada posibilista, centrada no ya en las ventajas de contar con unos servicios sociales bien equipados y financiados que permiten el ensayo de vida ordinaria a los enfermos mentales institucionalizados, sino también unos servicios potenciados por su alianza con la cultura.  En esta obra los funcionarios actúan con paciencia y clarividencia, buscando en su afán terapéutico el soporte de la literatura, el amor y la fiesta. En fin, el correlato de esta lectura es quizá el de las noticias de periódico que hablan de los nuevos emigrantes españoles a Noruega.

Una vez establecida esta vinculación entre los pisos asistidos y la socialdemocracia, cabe preguntarse cómo se abordaría la institucionalización de los enfermos mentales (¿la de todos nosotros?) en la sociedad capitalista pura y en la sociedad comunista. ¿Tendrían -tendríamos- los locos fiesta - espacio para el desparrame y la imprevisión- en la sociedad comunista? ¿Se ocuparía alguien de nosotros en el capitalismo extremo? En este sentido la obra puede verse como una apología de la socialdemocracia.

domingo, 11 de marzo de 2012

¿TE ACUERDAS HELENA?


Salíamos del aula 
e implorábamos a Baco 
que escanciara su néctar 
para servir una caña. 

Dirás que no sé de lo que hablo 
lo mismo que Paco, el camarero, 
se resistía a una apelación 
que distorsionaba el trato y convertía de nuevo su bar,
que tampoco se llamaba Olimpo, en escenario. 

Helena o Holly Golightly y Lord Jim de su mano, 
huyendo del pasado bajo la noche 
de un Madrid aún hermoso, 
porque recobrado.

sábado, 7 de enero de 2012

ACCESO NO AUTORIZADO

La novela de Belén Gopegui (BG) está publicada simultáneamente por Mondadori y bajo una licencia Creative Commons (CC- BY-NC-ND 3.0). El modo de publicación subraya la clara voluntad de intervención en la realidad presente en la mayoría de los textos de BG que en este caso se combina con una profusa aplicación de conocimientos prácticos en el relato de las actividades de un hacker. Esta doble dosis de realidad de la novela explica quizá la reacción de cierta prensa nacional que trata de minusvalorarla tachándola de ajena al ámbito literario (lo que por cierto, puede que no disguste a su autora). Se tolera mal la política explicita en las novelas que suceden en la actualidad (no así si son históricas). Se tolera casi peor una novela que teje su trama con los hilos de un saber concreto, práctico, y que demuestra verdadera competencia en lo que cuenta. Con la salvedad, claro está de la metaliteratura y el saber sobre el contar. El saber del literato es otro, un saber sin substancia y sin por qué. Su reino es de otro mundo. Es más frecuente usar minimamente el soporte de lo real para dar voz a la vida interior y sentimientos de los personajes. Incluso la gran novela americana, el mayor exponente de una ficción reputada por documentarse sólidamente, incluyendo las series de televisión y el cine, usa de manera oportunista y pobre el ecologismo y la música popular para sustentar de manera maniquea a sus personajes en exponentes recientes como Libertad de Jonathan Franzen.

Así pues en la reacción de los grandes medios ante la novela de BG hay algo del troppo vero del papa Inocencio ante el cuadro de Velezquez. Sí y "troppo reale".

lunes, 2 de enero de 2012

SEGUNDA ETICA

En su reciente novela Blanco Nocturno Piglia cita a Luckacs que cita a Bakunin: El asesinato no está permitido, es una culpa absoluta e imperdonable; ciertamente no puede, pero debe ser ejecutado.

Sin embargo conforme a Daniel Bell en Terrorismo Revolucionario. Cuatro Justificaciones Bakunin no sería aquí origen sino transmisor de un texto de Sainkov. Dice Bell: En Táctica y ética, el ensayo que escribió poco después de ingresar en el partido y que constituye su abecé de aceptación, Lukács justifica el “sacrificio del yo inferior en el altar de la idea más elevada”, por el “imperativo de la situación histórica mundial”. Y finaliza con una referencia a los aforismos de Savinkov: “El asesinato no está permitido, es un pecado absoluto e imperdonable; no puede, y, sin embargo, debe ser cometido… En otras palabras, sólo el que acepta sin acobardarse y sin ninguna reserva que en cualquier circunstancia el asesinato debe ser castigado puede cometer el hecho criminal que es real –y trágicamente– moral”.

Con uno u otro origen Luckaks es quien desarrolla el concepto de segunda ética, por oposición a la primera o kantiana, definida por los imperativos categóricos y por la regla de oro. Es posible trascender esta moral primera, propia de una sociedad individualista y burguesa, para alcanzar la ética comunitaria. La segunda ética habilita más allá de los márgenes de la ética primera y lo que no se puede hacer - el asesinato- debe, en circunstancias precisas, realizarse. Pero cabe también otra forma de leer el párrafo de Sakononiv/ Bakunin/Luckacs. La ética segunda invierte la presentación moral de los hechos. El asesinato en la ética primera se presenta en el terreno de las posibilidades. Al estar completamente prohibido sólo puede verse como algo posible o imposible de realizar. En este sentido puede o no realizarse, ya que es indiscutible que no debe tener lugar, hasta el punto que a menudo se dice que no se puede asesinar, queriendo decir no que la persona sea inaccesible a nuestros medios mortíferos sino que rige una prohibición absoluta. La ética segunda devuelve el asesinato al terreno moral, ya que, en determinadas circunstancias y aunque deba en toda circunstancia ser castigado, deviene en obligación.

Un texto que plantea una y otra vez los dilemas de la segunda ética son los "Pasajes de la Guerra Revolucionaria" de Ernesto Che Guevara (La Habana, Editora Política 2003). El Che narra la campaña guerrillera (por su dimensión el término guerra quizá sea apropiado sólo a la fase final de la lucha) que entre 1956 y 1959 lleva a las fuerzas revolucionarias a la conquista del poder en Cuba. En este proceso se dan todo tipo de situaciones en que se debe tomar una decisión sobre la vida de un hombre inerme: soldados detenidos; campesinos desafectos de las zonas en que opera la guerrilla; campesinos que sin ser desafectos pueden ser obligados a dar información sobre la guerrilla; guerrilleros amotinados; casos de indisciplina; etc). El Che describe cada caso y la decisión tomada, explicando con claridad las razones que la informan. El tono tranquilo y transparente causa asombro y, cuando se decide la muerte, aterra.