sábado, 8 de enero de 2011

LECTURAS PASAJERAS: TRES NOVELAS COREANAS, ¿TRES ESPAÑOLAS?

La empleada de una naviera de Corea del Sur viaja a Madrid de trabajo. El último día de su estancia en la ciudad, la empresa local con la que celebra sus reuniones le pone un guia para enseñarle la ciudad. Después de mostrarle el Museo del Prado y algunos monumentos, el guía le pregunta que le gustaría ver. Ella le pide que le escriba el nombre de cinco novelistas españoles y le deje en una librería inglesa. En la librería, la señora coreana localiza traducciones al inglés de tres de esos cinco autores y se va al hotel a leerlos.

En un reciente viaje a Corea del Sur tuve una experiencia similar a la señora coreana. Los tres libros ( más nouvelles que romans) que leí en el hotel y el vuelo de vuelta fueron:

1) La tierra de los Proscritos ( The Land of the Banished) de Cho Chong- Rae, traducido al inglés por Chun Kyung-Ja)

2) Tres Días de Aquel Otoño (Three Days in That Autumn) de Pak Wanseo, traducido por Ryo Sukhee.

3) Una Cita con mi Hermano (An Appointment with My Brother) de Yi Mun-Yol, traducido por Suh Ji- moon.


Las tres novelas tratan de un modo u otro de la guerra de Corea y sus consecuencias, mejor aún del conflicto que tiene como resultado la división de Corea. La primera de ellas de un modo más directo. Su protagonista, Mahn- seok, es un jornalero analfabeto que en el curso de la guerra llega a ser dirigente del Ejercito Popular y se destaca en las represalias a los terratenientes de su pueblo. Durante la guerra sorprende a su mujer con un dirigente de mayor rango que él y los mata en el acto. Huye, llevando desde entonces una vida marginal como trabajador sin papeles de obra en obra, procurando mantenerse alejado de su pueblo que al final de la guerra ha quedado del lado de Corea del Sur. Al final de su vida vuelve a su pueblo y muere cerca, sin llegar a entrar.

La segunda es la historia de una doctora que fue violada durante la guerra y tuvo que abortar. Al final de la guerra abre una clínica en Seúl para liberar a otras mujeres de los embarazos no deseados. La novela narra los tres días anteriores a la jubilación de la doctora y sus rememoraciones y deseos, incluido el de la maternidad.

Una Cita con Mi Hermano tiene un carácter más documental y centrado en la actualidad política. Acaba de fallecer un ingeniero de Corea del Sur, que por razones políticas se había pasado a Corea del Norte. El ingeniero había dejado a su mujer e hijos en el Sur y había creado otra familia en el Norte. La historia está narrada por un hijo de la familia del Sur que se cita con un hermanastro del Norte. La cita es clandestina y tiene lugar en China. Los hermanastros hablan del padre muerto, y esto facilita un diálogo sobre la división de Corea. Una fractura que tiene motivaciones ideológicas pero que rasga un tejido cultural y social común.


La lectura de estos tres textos revela un par de aspectos a menudo pasados por alto en los medios de Occidente:

1) La división de Corea es una fractura ideológica e interna. Aunque los propios coreanos acusan a chinos y estadounidenses de atizar la tensión por sus propios intereses los coreanos no son meras marionetas. A través del tiempo han sufrido la quiebra del cuerpo social por la determinación ideológica de los distintos sectores. De lo que acusan a países terceros sería de obstaculizar la posibilidad de que ellos mismos encuentren una vía de arreglo, más que de estar en el origen del conflicto, que incluso desde el Sur se acepta como una disputa ideológica, a veces incluso de clase, y no sólo geopolítica, relacionada con el juego de las potencias.

2) En relación con lo anterior, las partes del conflicto se respetan (y temen). La visión caricaturesca del conflicto en que la Razón Universal (y Televisada) se enfrenta a un friki estalinista a punto de volar buena parte del planeta, no es compartida por muchos surcoreanos, y desde luego no por las generaciones que vivieron de cerca el conflicto. Con independencia de que algunas acciones del Líder Máximo de Corea del Norte resulten patológicas, frivolizar y caricaturizar el conflicto exacerba las posiciones del antagonista y hace más impredecible la amenaza. La solución interna del conflicto pasa por racionalizarlo lo más posible.

¿De los libros que leyó la señora coreana cuantos trataban de la guerra civil española? ¿Qué ideas preconcebidas sobre España y sus conflictos ayudó a desmontar aquella lectura pasajera?