domingo, 8 de noviembre de 2009
BOYERO Y ALMODOVAR. LOS ABRAZOS ROTOS
domingo, 25 de octubre de 2009
2666 y la Herencia del Nazismo.
¿La trayectoria de Klaus Haas prolonga el viaje de Benno Von Archimboldi?. La relación que Klaus Haas guarda con los asesinatos de Santa Teresa se vincula con la relación de Von Archimboldi con el Holocausto. La indiferencia de Klaus ante su suerte es la del soldado Benno ante la muerte en combate, la asunción de que sería lo normal dadas las circunstancias en que está inmerso. Es posible que ni uno ni otro sepan lo que pasa - el carácter programático de la eliminación de judíos bajo capa del avance hitleriano hacia el Este, las razones de la matanza de mujeres- pero ninguno toma partido por el esclarecimiento, sino que se sitúan de grado en un estado que otorga normalidad a la ignorancia. De un lado, la propia condición del soldado entregado a la ofensiva que dará su dimensión al holocausto. De otro, el solitario señor Hass en un proceso constante de extrañamiento de su país, de su familia, con antecedentes por agresión sexual a las mujeres, aficionado a las putas, solitario y con recursos, todo lo cual permite como mínimo imaginarle en la antesala de los crímenes - aunque quizá como su tío nunca mató a nadie-. Una antesala hecha de lujo fácil, chicas sin recursos y desligadas de sus lazos familiares y sociales, de fiestas y cocaína y el desierto al fondo, dispuesto a borrar cualquier exceso o quizá llamando a cometerlo.
Santa Teresa guarda el secreto del mundo. La matanza se ha desplazado, el éxodo de los judíos se ha cumplido, geográficamente - de Europa a América - y en el plano subjetivo - de los judíos a las mujeres- Un éxodo que no supone una liberación sino el simple desplazamiento de las víctimas. Desplazadas por la indiferencia que permite perpetuar el crimen en otras latitudes y por otras generaciones. Al igual que después de los crímenes sufridos en Egipto llegó en Israel la destrucción del Templo.
Benno V.A. es un personaje perfecto para encarnar la complacencia con el nazismo y la perduración de sus reflejos y modos en nuestros días. No sale de él ni la más velada crítica al hitlerianismo. Los temas y títulos de sus libros tampoco muestran una toma de posición crítica. Recibe la historia del judio y la guarda como secreto personal y mítico que no transluce ningun análisis ni toma de posición política (un remedo de sus buceos y el gusto por la taxonomía de los seres sumergidos, en este caso como secreto depositado al fondo de su memoria). Adora desde niño a sus amos prusianos cuyo trato cultiva primero como amigos y luego en el amor de la baronesa nazi. Hacerse escritor supone para él participar de la condición de sus amos, dejar de ser el siervo niño y ocupar como adulto la casa que ellos disfrutaban. Se da nombre como noble, y cultiva los temas exquisitos y la alta cultura que les son propios. No es casual que luego encuentre a la baronesa dirigiendo la editorial de la nueva Alemania, llamada a preservar la gran tradición cultural germánica. So capa de esa misma alta cultura el editor judio, Bubis, abre su lecho y nómina a las más exquisitas bestias pardas.
domingo, 28 de junio de 2009
RELATOS NEPALIES
"Deteniendo a Dios en Kathmandu" de Samrat Upadhyay (India, 2001) es un libro de relatos que pese a publicarse en el año del magnicidio, apenas contiene referencias a la situación socio política del Nepal. Sin embargo, como fondo de sus estampas de costumbres se contempla la extensa pobreza del pueblo y el impacto de la globalización económica en los pequeños empleos, el modo de vida de los ricos, la distorsión que permite que pervivan las tradiciones en un serie de acomodos particulares en que dignidad y la abyección se dan de la mano.
miércoles, 17 de junio de 2009
Entrando y saliendo de la casa común o parado en el umbral, sin decidirse.
miércoles, 18 de marzo de 2009
TIPOS Y PUENTES
Personajes típicos de Ginebra: el viejo inmigrante italiano o español al que la emigración dejó varado en estas calles, lleva muletas, tiene una traqueotomía, pero no porque haya somatizado su fracaso sino porque quiere disfrazarlo; el delegado que pasa la noche en vela consumiendo cocaína antes de hablar por su país ante cualquier organismo especializado de Naciones Unidas. Lo hace en busca de sentido, después de leer sus instrucciones, pero no se le entiende. Un diplomático descendiente de Magallanes tiene su barca de remos fondeada en el club de Naciones Unidas. Surca cada semana el lago por su parte más estrecha sin poder reprimir al mirar el horizonte una actitud - no llega a ser un pensamiento - en que Historia y Familia se dan felices de la mano.
No hay un tipo ginebrino para la desgracia porque esta se silencia todo lo posible. Desde la joven aplastada por el autobús cuyo cadáver tapado con una manta ignoran sin esfuerzo visible los viandantes hasta el manifestante Tamil que se prendió recientemente fuego ante la sede de Naciones Unidas para protestar por la situación de su pueblo. La proverbial discreción suiza se refleja en el comedimiento de los medios de comunicación.
¿Y donde están los banqueros? No se les ve en la margen derecha, la de las Naciones Unidas y los extranjeros, si descontamos a los cajeros y algún director de establecimiento dedicados a los inmigrantes. Menos aún se ve al depositario de la banca privada. En cualquier otro país los titulares de los periódicos señalarían la llegada a la ciudad del que fuera a invertir una parte de lo que suponen algunos de esos depósitos. Aquí nada se sabe ni se comenta, lo que permite que suceda. Ni siquiera se nota - con muy destacadas y honrosas excepciones- cuando se trata de fortunas obtenidas ilícitamente, el fruto de la corrupción y el soborno, el comercio ilegal, la delincuencia. Todos estos depositarios devienen invisibles, pasan a ser anónimos clientes bancarios, equiparables a los fabricantes de dentífricos o pasta de papel, desde que efectúan sus ingresos.
Algunos directivos de los organismos internacionales han intentado también desaparecer en el cristalino aire ginebrino. Se involucraron en malversaciones, empleando para fines particulares lo que pertenecía a la comunidad internacional u obteniendo cuantiosos sobornos a cambio de favores en contrataciones o votaciones...Quizá tenían en mente la extra territorialidad e inmunidad de de sus personas y organismos y la analogía con el que llega de fuera con el fruto de su saqueo y deviene invisible con el deposito bancario. La analogía no funcionaba para el ciudadano ginebrino. A pesar de la extrema discreción local y el deseo de respetar la autonomía de los organismos internacionales la ciudad no podía dejar de verlos. Proyectaban su sombra al cruzar el lago hacia la ciudad, pero también los veían si se quedaban en sus despachos y no salían nada más que para volver a casa. Y los periódicos y las páginas de Internet lo confirmaban con un zumbido discreto y persistente como si fueran todos los miembros de la colmena, batiendo al unísono sus alas, los que mantuvieran la vigilancia. Las mismas abejas que reposadamente libaban los depósitos extranjeros.