sábado, 6 de diciembre de 2008

Xiaolong y el Capitalismo de Estado


Apenas terminada la novela de Xiaolong "Muerte de una Heroína Roja" almuerzo con un amigo chino. Mi amigo era niño cuando la Revolución Cultural, quedó a cargo de sus abuelos mientras sus padres pasaban diez años trabajando en el campo. Hablamos de la crisis y mi amigo distingue tres tipos de modelo económico: Capitalismo, Socialdemocracia y Capitalismo de Estado que estarían representados respectivamente por Estados Unidos, Europa y China. La crisis que en un par de meses ha hundido las bolsas y disparado el desempleo en Occidente señalaría un cambio de paradigma económico, el tránsito del Capitalismo a la Socialdemocracia. ¿Y China? El riesgo del modelo chino estriba en su extrema dependencia de la dirección política. Deng Xiaoping tomó el rumbo correcto; en cambio, la Revolución Cultural hundió la economía china que de haber tomado otro curso hoy sería semejante a la japonesa... ¿Hasta qué punto- le pregunto- la desmotivación que siguió a la Revolución Cultural allanó el camino a Deng Xiaoping y su gato eficaz - blanco o negro, blanco y negro- que hoy adopta la forma de un sistema capitalista en manos del Partido?...

Mi amigo no conoce a Xiaolong que justo ahora está siendo traducido al chino y no puede comentar mi evocación de la novela ni sus personajes. En Muerte de una Heroína Roja se nota crujir el barco al cambiar el rumbo y henchirse las velas de otro viento. Es el principio de los años 90 en China. La trabajadora modelo que es la heroína roja del título es un paradigma maoísta pero su cuarto lo preside el retrato de Deng Xiaoping. Existen todavía dos mercados pero el alto dignatario jubilado nota en el club del Partido Comunista Chino que sus privilegios disminuyen, que le empujan - a él menos que a los otros, pero también- al Mercado Único. Este se vislumbra como el único tablero para la partida que se inicia. La jugará el Partido pero no él ni otros viejos camaradas sino miembros más jóvenes, aperturistas, de los que desconfía...

Xiaolong salió de China antes del cambio de rumbo y le gusta imaginar los 90, el tiempo en que se pone a prueba la nueva ruta en que conviven ambos modelos. Se entra de lleno en el Capitalismo de Estado. Se barrunta a lo lejos el Capitalismo puro al que China parecía abocada antes de que, quizá, como señala mi amigo, con la crisis se produzca un cambio de paradigma global. Un cambio que nos ponga a todos a pensar en si hay alguien todavía que da órdenes al gato, que mueve las fichas ante el tablero...

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