Cerrar el ojo de la noche de Pauline Klein. Ediciones Allia
La mujer desnuda de Armonía Somers. Dios siempre hacia adelante, fabricando días y más días, y ellos hacia el revés del tiempo, en completa locura posesiva, al primer verdor divino hollado con la primera mujer del mundo, aun en contra de Dios y de lo escrito...
Zurita de Raúl Zurita.
Recuerdos del porvenir de Elena Garro.
Quitando algunos personajes muy definidos, como Isabel Moncada, Juan Cariño o el propio Francisco Rosas, predominan en mi lectura los grupos: las amantes de los militares, el grupo de burgueses que participan de las veladas en casa de los Moncada, los militares, las putas. Y los indios que aparecen sobre todo colgados de los árboles. Esta perspectiva coral refuerza la idea de que lo más decisivo es el grupo del que se forma parte.
Zahara de Tomás Sopas Bandeira. Ediçoes Afrontamento.
«Un día volveremos a nuestro país. Yo quizá no, pero tú y tu hermana y tus primas vais a volver y llevar a vuestros hijos a laa ciudades ocupadas de El Aaiún, Bojador y Dajla, a todas las ciudades desde donde les podréis enseñar el mar. Pero durante la espera no destrocéis vuestra vida. No desaprovechéis la oportunidad tan bonita de poder ver a vuestros hijos crecer, simplemente por actitudes precipitadas y mal pensadas» (pg 107)
Existiríamos el mar de Belén Gopegui.
Dos ángulos de análisis. Tres.
1) Literatura fantástica materialista. Abre un nuevo sendero al insuflar en el relato una magia materialista. Los polvos mágicos de esta fábula tienen más que ver con la mecánica cuántica y el materialismo histórico que con Campanilla.
2) Fábula zambraniana. Con la diferencia de que el ser que aquí se esconde y revela es colectivo, se teje en la composición colectiva como un círculo de personas que se va pasando la madeja del relato.
Anna Karenina de Tolstoi, traducción de Víctor Gallego.
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