El profesor Chichepotiche ha venido a verme al
café Remor para hablar de "Hilos de sangre", de Gonzalo Torné.
Se ha dirigido a mi mesa a toda velocidad. Le temo cuando llega así,
apenas vocaliza y da por hecho que estás sintonizado
a la misma emisora que él o que vas por la misma página de su lectura
- Acabo de terminarla. La he leído después de
"Tiempos felices", del mismo autor. Lo primero que me llama la
atención es la versatilidad que supone escribir ambos libros. La novela
americana, de un lado, y de otro, una novela singular, repito singular, sobre la guerra civil.
- No solo sobre la guerra-
- Pero sí sobre todo. La guerra y sus
repercusiones. Sorprende el contraste entre la permanencia de los escenarios y la
fluctuación de edades y personas. Hay una frase de la reflexión de Clara desde
el balcón de la casa de Balmes, una vez que ya conocemos la experiencia de
guerra de Gabriel. Me la sé de memoria: "... y desde el balcón puedo
meditar sobre el contraste entre los movimientos de las personas y la
estabilidad de la montaña". Me interesa compararla con "Espejo
Roto", de una de mis escritoras ginebrinas preferidas. En esta, la mansión
familiar permanece inmutable contra el embate de lujo, odio y sensualidad,
generación tras generación...-
- La diferencia- apunté- es que la mansión no
sobrevive a la guerra civil. Después de la guerra es una ruina, ya no alberga
las experiencias relevantes, que es fácil suponer que se transfieren a los
apartamentos de lujo que se construyen al demolerla...En cambio la montaña y
la casa de "Hilos de sangre" son los mismos. Y además, si te fijas, los movimientos
de las personas son relativos. Bajo la aparente fluctuación, la
continuidad de las voces es una característica señalada de los hilos de sangre. El
narrador se aclara la garganta y pasamos de una generación a otra. Hay muchas
entretelas, pero son todas parte del mismo tejido espeso, formado por distintas
voces de diferentes generaciones-
- Según tu lectura "Espejo roto" pondría el acento en el cambio e "Hilos de sangre" en la permanencia...-
- Donde Rodoreda dice que hay una ruptura
insalvable con la guerra civil, Torné relega y contradice esa cesura: los hilos de sangre
atraviesan la guerra y la Transición hasta nuestros días, cosiéndose a nuestra
carne sin esfuerzo, irrigando nuestra actividad, sosteniendo nuestro aliento...-
- Hasta cierto punto es lógico. La novela de
Rodoreda es una novela de exilio. Se empezó a escribir en Ginebra y hasta su
personaje principal, tal y como cuenta en el prologo, está inspirado en una señora que se asoma al lago Leman
desde el restaurante "La perle du Lac". Para Rodoreda nada podía ser
igual.
- Nada. Desde su perspectiva no era
factible el ejercicio de identificar los "hilos de sangre" que
permanecían a través de las épocas. De hecho en la novela de Rodoreda asombra
la intensidad de los saltos bruscos que se dan en la suerte y fortuna de cada
generación, como si eso fuera lo habitual. No es el caso de la saga familiar de la trilogía de Torné, cuyos miembros permanecen todos, de una forma u otra, en el puente de
mando. Se ve en "Tiempos felices" pero también muy claramente en
Hilos de sangre" Esta gente flota-
-La novela que leemos es la de Alvaro- apuntó
Chichepotiche.
- Eso creo yo también. Aunque es la
narración de Clara la que ocupa más espacio, la que además recopila otros
relatos clave como el de Gabriel. La escritura de Clara fracasa, ella misma lo
reconoce: la vuelta a su marido fútil y agradable es un síntoma más del acomodo
en que se instala. La visión de Clara es un perfecto retrato de la CT-
- Sí. Desea cerrar el sarcófago de Gabriel
por los escrúpulos que le provoca, que casi parecen de orden estético - no es
"cool" delatar al marido de la que acabará siendo
tu mujer-. Sin embargo, Clara acepta vivir en el piso que el criminal le lega.
"Los pies se mueven de alegría cuando pienso en esta casa toda para
mi". Recibe la herencia de los vencedores, y entre ellos la de los
delatores y asesinos más rastreros, pero lo hace a beneficio de inventario,
esto es, en el saldo que le resulte positivo.
-Por decirlo de otro modo: deduce lo negativo,
declarando su desprecio a Gabriel, pero no duda en quedarse con su
casa.
- Correcto- apuntó Chichepotiche- No es la
primera ocasión en que acabo un libro de Torné con la sensación de que ofrece
un ángulo novedoso para la izquierda. La primera vez fue con "Tiempos felices" Ahora Torné escoge una perspectiva para acercarse a la
guerra civil que me parece necesaria, por los siguientes motivos...-
- Lo lamento, profesor, pero estoy llegando
tarde a otra cita- dije levantándome y poniéndome la chaqueta, el único método eficaz para interrumpirle- Si quiere quedamos
aquí este sábado y me lo cuenta despacio-
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