La reciente novela de Elvira Navarro (Random House, 2014) relata un proceso de sanación que se cumple en la toma de conciencia de la fragilidad de la cordura. Es también la historia de un amor, de como se anuda una relación con el estorbo y la ayuda de otras. Se cuenta al tiempo un proceso de superación profesional. Las historias se trenzan de forma eficaz y hermosa.
El aspecto que más me interesa y que sirve como un espejo cóncavo para reflejar el resto es el apoderamiento de la ciudad por parte de la protagonista convaleciente. Como en una especie de somatización operada en el cuerpo de la ciudad, el paisaje urbano resulta caótico, laberíntico, tan amenazador como descoyuntado. El empoderamiento o emancipación de la protagonista se refleja en la apropiación de la ciudad que, sin llegar a idealizarse, empieza a ser comprensible, transitable. Los mapas que prepara Susana son un hito y una herramienta en ese proceso de toma de sí y de la ciudad...
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