Pasión Nails (PN) de Rosario Izquierdo establece un marco narrativo claro y lo resuelve con solvencia y eficacia, sin una palabra de más.
Mucha gente se acercará a PN directamente, pero para quienes pasamos antes por Diario de campo (Ddc), creo que es interesante compararlas. Esta última es un precedente inequívoco, en cuanto que anticipa el marco narrativo de PN: el escenario, el trayecto entre el centro y los barrios, la biografía y el entorno de la narradora y protagonista. Hay en PN elementos nuevos: la fantasía, el peso del glamour popular, una positividad y alegría que se imponen pasaje a pasaje.
Al final de Ddc la protagonista pierde su trabajo y acaba, si no asimilándose, sí acercándose en su situación laboral a las personas que analiza y apoya en los barrios. Al final de PN, la narradora y protagonista, que ya no transita entre barrios por razones profesionales, cumple de alguna forma un movimiento inverso: se consolida en su oficio de escritora. Para celebrarlo nos pinta las uñas y rubrica el marco previo con la fantasía y el glamour que mencionaba.
De paso nos ha dicho también algo importante sobre las mujeres del barrio. Acercarse a ellas no es sólo compartir su precariedad, vivirla y analizarla como hace la socióloga que transita entre la ciudad y el barrio. Es también saber perder esa condición analítica para encontrarlas en el placer y la fiesta.
Compartir el ocio y la intimidad acaba en la fiesta, pero empieza con un gesto de confianza que evoca pasajes bíblicos, con el tremendo poder simbólico de confiar a otros manos y pies: lo que se hace, adónde se va.
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